Los principales motivos por lo que las mujeres acuden a un especialista en suelo pélvico son la incontinencia urinaria, las molestias durante las relaciones sexuales o los dolores de las cicatrices tras el parto.
Gracias a un cambio de mentalidad debido al crecimiento cultural, al acceso a la información y a la búsqueda del bienestar corporal, cada día hay más mujeres que acuden al fisioterapeuta para solucionar sus problemas de suelo pélvico. Son mujeres inconformistas que buscan mejorar su calidad de vida.
Para saber más sobre este tema, desconocido para gran parte de la sociedad, hemos entrevistado a Mª Carmen Carrillo Leal. Ella es fisioterapeuta especializada en pelviperineología (rehabilitación de suelo pélvico) y directora del CIFIP, primer centro especializado en rehabilitación pelviperineal de Alicante.
¿Qué es exactamente el suelo pélvico y dónde se localiza?
El suelo pélvico es el conjunto de músculos y tejido fascial que se encuentra en la parte inferior de nuestra pelvis y realiza función de sostén de las vísceras pélvicas, ano, vagina y uretra. Por lo tanto, participa en la micción, defecación, forma parte del canal del parto y tiene un papel importante en las relaciones sexuales.
Los fisioterapeutas lo llamamos diafragma pélvico o periné, puesto que no es un suelo plano y rígido sino un conjunto de músculos y ligamentos en forma de bóveda que da apoyo a las vísceras.
¿Qué patologías puede presentar el suelo pélvico?
Las patologías relacionadas con el suelo pélvico pueden dividirse en dos grupos. Por un lado, todas aquellas relacionadas con la debilidad de dicha musculatura, como pueden ser la incontinencia urinaria, prolapsos, diástasis o estreñimiento distal. Y, por otro lado, las relacionadas con el tono excesivo de la musculatura perineal.
El periné, como cualquier otro músculo del cuerpo, puede tener contracturas. Dichas contracturas pueden ocasionar dolor durante las relaciones sexuales, dolor de coxis al sentarnos o dolor de las cicatrices tanto abdominales (cesáreas) como perineales (episiotomías).
La aparición de cualquier síntoma constituye una señal de alarma que la mujer debería consultar con un especialista y no normalizar.
¿Cómo puede afectar a tu vida cotidiana?
La calidad de vida de estas pacientes empeora. Muchas mujeres evitan realizar ciertos ejercicios por miedo a los escapes de orina. Otras, cuando van a salir de casa, evitan beber líquidos o averiguan la ubicación exacta, dentro de su recorrido, de cada baño público.
En aquellos casos en los que aparece dolor durante las relaciones sexuales dicho síntoma afecta también a la relación de pareja. O cuando se produce una diástasis abdominal, la barriga no recupera su forma y firmeza. La mujer siente que su cuerpo ya no es el que era y puede llegar a general grandes complejos.
Desde mi experiencia, puedo decir que las mujeres que acuden a mi consulta coinciden en algo: tienen mentalidad inconformista. Me encanta cuando les pregunto por los objetivos de venir a rehabilitar el suelo pélvico y su contestación es: “Quiero volver a ser yo y sentirme bien”.
¿Cómo se puede tratar el suelo pélvico antes, durante y después del embarazo?
El embarazo es el momento perfecto para prevenir todas las posibles disfunciones de suelo pélvico. Lo ideal es realizar una valoración abdomino-pélvica por parte de un fisioterapeuta una vez finalizado el primer trimestre. A partir de ese momento, si se encuentra alguna disfunción, se trabajará para mantener el bienestar corporal y evitar escapes de orina, diástasis, dolores como ciática, lumbalgia o dolor costal. Si todo es satisfactorio en dicha valoración, se recomienda hacer ejercicio adaptado al embarazo.
Tras el parto, aparece el concepto de reeducación. Esto quiere decir que, si la mamá no tiene escapes de orina, dolor en la cicatriz o dolor en las relaciones sexuales, se trabajará para recuperar la musculatura abdominal y perineal.
En el caso de que aparezca alguna de estas señales de alarma, se deberá hacer una rehabilitación.
¿Qué actividades físicas son recomendables para mejorar suelo pélvico?
Toda persona debería poder hacer cualquier tipo de ejercicio, puesto que el ejercicio es saludable. La clave está en cómo se realiza dicho ejercicio.
Hay deportes menos perjudiciales porque conllevan menor riesgo, como por ejemplo los ejercicios hipopresivos, muy recomendados durante el postparto.
Existen otros ejercicios que se consideran de impacto, como correr o el levantamiento de peso. Pero, desde mi punto de vista, la importancia reside en si ese ejercicio se realiza de manera hiperpresiva y, por lo tanto, perjudicial. Lo correcto es realizarlo trabajando la sinergia abdomino-pélvica. Así, además de entrenar, se ayuda a reforzar la musculatura perineal.
Mi recomendación es realizar una valoración individual por parte de un fisioterapeuta para comprobar el correcto funcionamiento del suelo pélvico y el transverso del abdomen.
¿Qué es la sinergia abdomino-pélvica?
La sinergia abdomino-pélvica (SAP) es la contracción involuntaria de la musculatura profunda, suelo pélvico y transverso profundo del abdomen. Antes de una tos, un estornudo o un salto, esta musculatura se contrae. Hay tres grupos poblacionales que pueden perder esta adecuada sinergia: personas con dolor lumbar, cirugías abdominales o lumbares y embarazadas.
Por ello, es imprescindible reeducar esta sinergia antes de la reincorporación de una mujer al ejercicio deportivo de alta intensidad. En nuestras clases de SAP, ese es nuestro objetivo.
¿Crees que se está produciendo un cambio de mentalidad en la sociedad actual con respecto al tratamiento del suelo pélvico?
Sin lugar a duda. El crecimiento cultural, el acceso a la información y la búsqueda del bienestar corporal tienen gran influencia en este cambio. Los pacientes que acuden a mi consulta son de muy distintos perfiles, tanto por su mentalidad como por los síntomas físicos que refieren.
El uso de materiales para el fortalecimiento del suelo pélvico (bolas chinas) así como los conocidos ejercicios de Kegel, ¿son recomendables para todos los casos?
Desde la fisioterapia evitamos trabajar con generalidades y normas universales. Como ya hemos comentado, lo ideal es realizar una valoración individual y ver si el uso de bolas chinas es apropiado para una determinada paciente.
Un sencillo ejemplo: la mujer que se pone una bola china y se le cae no debería usar ese dispositivo sin antes realizar rehabilitación. De igual forma, para aquellos casos en los que existe dolor pélvico, los ejercicios de contracción del músculo pubocoxígeo (ejercicios de Kegel) estarían contraindicados y debería acudir a un profesional.
¿Cómo ves el futuro de la fisioterapia especializada perineal?
Agradezco enormemente esta pregunta y tengo la esperanza de releer esta entrevista dentro de unos años y ver que la repuesta se ha cumplido.
En mi opinión, en un futuro debería haber unidades especializadas en suelo pélvico donde cualquier persona, hombre o mujer, pueda acudir a consultar sus dudas o síntomas y ser atendido desde un enfoque multidisciplinar. Los profesionales sanitarios nos complementamos y, desde una visión conjunta y trabajo en equipo, el mayor beneficiado es el paciente.
Y, sobre todo, creo firmemente en que los profesionales sanitarios acompañamos al paciente en el momento en que aparece un síntoma, una señal de alarma, pero es el propio paciente el que inicia el camino hacia su mejoría implicándose en su proceso y tomando sus propias decisiones.